jueves, 1 de mayo de 2014

LA MOLESTA CHACHARA INTERNA.



Cómo eliminar la charla interior negativa
¿Has descubierto y observado alguna vez qué tipo de conversación mantienes contigo mismo? ¿Sabías que ese diálogo interno te programa y define el concepto que tienes de ti como persona?  En otras palabras, realmente te vas convirtiendo en aquello que crees que eres.
 Si piensas que eres valioso y fuerte, entonces vas a vivir tu vida de acuerdo a esa afirmación. Si, por el contrario, te dices a ti mismo que eres débil y poco importante, entonces estarás construyendo una realidad en la que efectivamente eres así. Increíble, ¿verdad?
Recursos prácticos para terminar con la charla interna perjudicial

Existe una serie de ejercicios que pueden ayudarte a hacer foco sobre tus patrones y hábitos de “parloteo mental”. Asimismo pueden liberarte de parte de ese diálogo interno negativo.
Primer Ejercicio: Notas personales. 
Trata de elegir para esta tarea un día en que estés tranquilo y lo más desocupado posible. Si no encuentras un momento así, no importa, hazlo de todas formas. Debes cargar contigo un cuaderno y un bolígrafo para poder realizar anotaciones en cualquier momento del día.
Fija algunas citas contigo mismo a lo largo del día, por ejemplo cada dos horas. En el momento correspondiente, deja aquello que estabas realizando y dedícate a anotar la auto-conversación que recuerdas haber tenido durante las últimas dos horas. Cuantos más detalles, mejor.
Si te resulta más fácil tomar notas sin un horario programado, puedes hacerlo en forma espontánea cuando te sorprendas hablándote a ti mismo. Entonces registra todo lo que te dices a ti mismo sobre tu aspecto, tus capacidades, tu
inteligencia, tus sueños, tus recuerdos, tus penas, tu salud, etc.  
Segundo ejercicio:
 Auto-imagen. Realiza este ejercicio de noche, ya en la cama. Te presentamos una situación hipotética. Imagina que al día siguiente debes concurrir a una cita decisiva, por ejemplo a una entrevista de trabajo, ya sea con clientes importantes o con tu jefe o superiores, quienes te estarán mirando y escuchando.
¿Cómo te ves a ti mismo en el escenario descrito? Debes relajarte para poder captar con serenidad -y sinceridad, ante todo- qué mensajes te llegan acerca de ti. Verás que al representarte la reunión y llevar la atención a tu propia persona, indefectiblemente recibirás algunas ideas o conceptos. Anota todo lo que puedas de ese diálogo que va surgiendo en tu interior.
Tercer ejercicio:
 Revisión de los escritos. Lleva a cabo este ejercicio al día siguiente. Debes repasar la escritura que asentaste en los dos ejercicios anteriores. Fíjate si descubres algún punto en común o hilo conductor que atraviese ambos conjuntos de textos. En tal caso, ¿cuáles son los elementos coincidentes o recurrentes? Detállalos por separado en forma clara una vez más, por escrito.
Cuarto ejercicio: 
Descubriendo el tono general de tu diálogo interno
Al ir hacia atrás sobre aquello que has escrito, ¿de qué manera describirías el tono o carácter de aquello que te dices internamente? En general, ¿tiendes a ser optimista y encuentras aspectos favorables en tu persona? ¿Te halagas a ti mismo? O, por el contrario, ¿tienes una visión pesimista y eres de auto-condenarte? Analiza si eres realista o si crees que quizás tiendes a exagerar, ya sea en un sentido o en el otro.
Quinto ejercicio: 
Qué clase de compañía eres. Una vez más, repasa tu escritura para los dos primeros ejercicios. De acuerdo a los mensajes que te envías a ti mismo durante todo el día, responde: ¿Qué clase de amigo consideras que eres para ti? Pues recuerda que eres tú quien habla contigo, todos los días, todo el día.
Si fuera otra persona quien te susurrara en el oído esos mensajes, ¿cómo crees que te sentirías? Entonces, ¿qué clase de ambiente creas a diario para ti mismo? ¿Transmites armonía, alegría y bienestar o todo lo opuesto? ¿Qué estados interiores te generas con tu propia charla interior?
El objetivo de estos ejercicios es que descubras y te hagas consciente de qué clase de diálogo interno mantienes a cada momento. Si quieres trabajar sobre aquellos mensajes que pueden resultar perjudiciales para tu
salud emocional, mental e incluso física, ese es el primer paso: reconocer cómo es la charla que mantienes contigo mismo. Una vez identificada, puedes avanzar con paso seguro hacia una transformación interna.

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